Campaña por la liberación del Embajador Alex Saab / Foto: Cortesía Johan Pérez |
Redacción: Johan Pérez | @MarxistaJohan
Han pasado 342 días desde que Alex Saab fue secuestrado, y resulta absurdo que aun lo mantengan aislado de su familia, considerando que ya ha perdido a dos seres queridos por capricho y antojo de las autoridades de cabo verde y el gobierno estadounidense.
Muchos de los que le conocemos y apoyamos tenemos una mezcla de sentimientos encontrados de rabia y dolor, pues al parecer con esa sensación revivimos esa frase de Alí Primera al estar inmersos “entre la rabia y la ternura”.
Resulta curioso que hace unas décadas atrás nuestros padres y abuelos lucharon dentro del mismo territorio venezolano para pedir unas condiciones más justas para los pobres y esto le costó la vida de muchos, hubo masacres y secuestros como lo sucedido en Cantaura por referirme a uno de los tantos, y si comparamos esta situación con la actual no resulta indiferente, porque aunque la derecha no esté en el poder, estos con el amparo de países occidentales han creado mil maniobras y artificios para irrumpir el estado y recolonizar el hemisferio aplicando persecución, secuestro y tortura a nuestros camaradas.
Lo expuesto anteriormente, no es más que la traducción de las Órdenes Ejecutivas o mal llamada “sanciones” estadounidenses que, sin ningún tipo de fundamento, persiguen, acosan secuestran, judicializan, torturan y desaparecen todos aquellos que simpaticen con la Revolución Bolivariana o comulguen con la integridad y autodeterminación de los pueblos.
En contraparte a los secuestros y desapariciones que ocurrían en nuestro país durante la “democracia puntifijista”, a la que ven como referencia y de forma prepotente muchos adeptos de la oposición, en la actualidad los ataques hacia quienes tenemos postura de izquierda, progresista o nacionalista se consolidan en secuestros como lo han hecho con nuestro Alex Saab.
Dicha maniobra ha sido amparada con la prensa que demuestra en sus redacciones y su elaboración, decodificación y masificación de mensajes, posturas radicalmente parcializadas y sesgadas. Lo que hace unos meses eran juicios y condenas a través de los medios de comunicación explicita e implícitamente, para la actualidad ha sido derrumbado por los últimos acontecimientos y por el contrario la “prensa libre” ha hecho un silencio complice.
Esto también se debe en buena parte, a que un grupo de personas independientes que han seguido el caso, se han percatado de que las acusaciones contra Alex Saab han sido completamente infundadas por los medios de comunicación, careciendo de pruebas que demuestren dichas acusaciones, por otra parte, y en términos jurídicos, la forma en cómo se ha tratado de llevar el proceso judicial contra Saab carece de derecho a la defensa y de la presunción de inocencia.
Estos dos elementos mencionados nos dan la convicción de que lo que han hecho con el diplomático venezolano es un acto de crimen organizado que ahora se trabaja desde las instancias de gobiernos extranjeros y lo que en años anteriores eran instituciones a parte como la CIA, la DEA, la NSA entre otras, hoy son los mismos funcionarios del gobierno los que aceptan que han secuestrado a Saab, pasando por encima de la legislación y llevándose por medio todo aquel que cuestione sus actos.
Por otra parte la población venezolana está enterada de lo que ocurre y las manifestaciones de solidaridad abundan, muchos están consternados y tachan de viceral la actitud con la cual algunos venezolanos apoyan que se apliquen estas medidas contra personas que solo buscaban alimentos y medicinas para nuestro país que se encuentra asediado constantemente.
El pecado de Alex Saab para Estados Unidos fue buscar insumos necesarios para palear una crisis ocasionada por ellos mismos, fue haberse atrevido a traer alimentos, medicamentos y combustible a nuestro país, el pecado de Alex Saab para Estados Unidos fue haber evitado el caos, fue buscar tratamiento para personas que, al igual que él, padecen cáncer por esa razón Estados Unidos no le perdona a Saab que haya ayudado a su país por que el nacionalismo para la Casa Blanca es un delito y por ende debe ser castigado.
En lo que a mí respecta, admiro la valentía con la cual Alex Saab ha encarado la crisis porque es una acción digna de ser respetada y ojala que todos nos contagiemos de esa misma valentía que tiene Alex Saab para enfrentar al imperio mas genocida del mundo.
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