Redacción: Johan Pérez | @MarxistaJohan
El día de ayer, hace ya 7 años, él para entonces presidente de los Estados Unidos Barack Obama, declaro a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de su país firmando una orden ejecutiva que mas tardes se tradujo en un paquete de medidas punitivas que le han pasado factura al pueblo venezolano.
Para la actual fecha medios de prensa como la BBC trataban de justificar el uso de este eufemismo jurídico para agredir a nuestro país sosteniendo la vaga tesis de que las mal llamadas sanciones solamente iban a afectar a funcionarios venezolano y que no tendrían ningún efecto colateral sobre la población.
Algunas personas quizás se preguntaran cual fue la repercusión de esta orden ejecutiva y con cual finalidad se dicto; para ello vale la pena retroceder varias décadas para entender el uso de dicha medida que es violadora de la carta de Naciones Unidas por tener alcance fuera de su territorio.
En el año 1977 Estados Unidos sancionó una ley llamada Ley de Poderes Económicos de Estados Unidos (IEEPA) cuya finalidad era regular las transacciones financieras internacionales e invocar a un conjunto de acciones económicas contra aquellos países que tuviesen tendencia progresista o que de alguna manera no comulgaran con los designios del imperialismo.
En ese sentido en uno de los apartados de la ley se contemplaba aplicar “sanciones” a aquellos gobiernos que de acuerdo al concepto de Estados Unidos “afectaran los intereses” de ese país en particular.
Este mecanismo podría considerarse como una de las bases que enarbolaron lo que hoy se denomina como acoso internacional y Lawfare contra aquellas instituciones, gobiernos o personas que tuviesen una postura distinta a Estados Unidos, y aunque ese país señala estar abierto al dialogo y respeto de los derechos civiles y políticos de cada quien, esta ley vino a demostrar lo contrario.
Podrían citarse innumerables ejemplos en los cuales Norteamérica ha utilizado esta ley, posterior a la emisión de decretos como el citado, para agredir económicamente a países como Cuba, Irán y recientemente a Rusia.
El caso es que luego de la emisión de este decreto en el año 2015 se pudo evidenciar como se coercionó a nuestro país de traer diversos insumos para que el gobierno de Nicolás Maduro pudiese cubrir las necesidades del pueblo venezolano.
Entre los ejemplos más conocidos estuvo la retención de 2200 toneladas de alimentos destinados al pueblo venezolano por parte del gobierno Colombiano. “Le informo a Vzla que 2.200 toneladas de pernil están retenidas en Colombia. El saboteo no sólo es de #EEUU al congelarle las cuentas a los que les venden comida al país, ahora el gobierno colombiano desde hace 7días mantiene retenido los perniles en la frontera de Paraguachón” expresaba Freddy Bernal en un tweet para finales del año 2017.
Para el año en que Freddy Bernal (para ese entonces director nacional de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción: CLAP) hacia esta denuncia pública, la orden ejecutiva había sido extendida por dos periodos con un conjunto de medidas que menguaron la capacidad de que nuestro país pudiese obtener alimentos, medicamentos y otros insumos para cubrir la demanda nacional. En ese orden se desmontaba la vieja teoría que sostenía Obama en 2015 de que las “sanciones” solo iban a afectar a funcionarios venezolanos y que no iban a impactar en el pueblo.
Posteriormente dicha orden ejecutiva ha sido renovada y mantiene vigencia a la cual conjuntamente se le han agregado otras medidas agresivas al punto de calificar de criminales a todas aquellas personas que hagan gestiones a favor del pueblo venezolano como el caso del secuestro de Alex Nain Saab, quien para la fecha se mantiene recluido en Estados Unidos.
El secuestro de Alex Saab
El calificativo que le ha querido dar Estados Unidos a Alex Saab de criminal no tiene ningún tipo de sustentabilidad, y al contrario de ello, su retención arbitraria se constituyó como secuestro desde el momento en que apareció una “alerta roja” de interpol extemporánea aunado a la serie de violaciones que se cometieron sobre él; que en un principio trataron de maquillar como procedimiento jurídico, pero que luego de no permitirle acceder a su equipo de defensa, a su familia, de deportar a abogados extranjeros en Cabo Verde de irrespetar los términos de la prisión preventiva, de someterlo a múltiples y reiteradas torturas, de no haber un convenio de extradición y de no aportar una sola prueba de delito de Alex Saab; hoy la mal llamada justicia estadounidense está atrapada en un laberinto de contradicciones que ha buscado frustradamente fabricar pruebas de y testigos que no gozan de credibilidad.
La última maniobra aplicada dejo mucho que desear pues al tratar de involucrar al diplomático con la agencia que promueve lo que dice contrarrestar (el narcotráfico), demuestran que Estados Unidos no tiene ningún fundamento contra el diplomático venezolano y que las afirmaciones del Departamento del Tesoro, no han sido más que infamias e injurias dejando ver las fisuras de lo que en realidad es una guerra jurídica.
Por otra parte se puede destacar que esta técnica de extorsión y coerción de Estados Unidos a Venezuela ha fracasado y la evidencia más clara de ello es la reciente visita de un enviado estadounidense para pedir petróleo venezolano por aplicar la misma política contra Rusia.
En ese sentido se puede decir que el gobierno de Estados Unidos ha tenido que torcer el brazo y comenzar a cambiar su postura respecto a Venezuela, ya que para el momento mientras nuestro país ha salido airoso y fortalecido de la crisis causada por Norteamérica, en contraparte Washington ha tenido que humillarse.
Sin embargo la postura del gobierno se mantiene al reivindicar su soberanía: y en ese sentido sigue exigiendo el levantamiento de todas las medidas coercitivas, la libertad del diplomático y agente antibloqueo Alex Nain Saab y la devolución do todos los activos robados en el exterior.
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