Caricatura alusiva a la solidaridad mundial por la libertad del diplomatico Alex Saab/ Foto: Cortesía twitter.com |
Por: Johan Pérez
Mientras en la prensa y los medios de desinformación de Miami tratan de tergiversar la verdad, cada vez le resulta más difícil al gobierno estadounidense cambiar una realidad muy latente, pues el país que por décadas se ha vendido como ejemplar y alardea ser una potencia y tener una sociedad avanzada; poco a poco va demostrando lo contrario.
En un trabajado anterior demostrábamos como la barbarie era una práctica cotidiana en este país al coartar a la ciudadanía de ayudar con alimentos a las personas más necesitadas como es el caso del movimiento social Los Sintecho.
Ahora abordaremos el caso del sistema penitenciario estadounidense, que ha escandalizado en múltiples oportunidades a la ciudadanía por su brutalidad.
Los abusos de la policía
Uno de los ejemplos es el reciente maltrato en la prisión de Miami, con el caso del rapero afroamericano Kodak Black el cual denunció a través de la red social Instagram haber sido golpeado por funcionarios policiales de ese centro de reclusión.
“Me golpearon tan brutalmente que me llevaron a la caja (celda de confinamiento en solitario) en una silla de ruedas. He estado aquí durante 45 días (…), estresado por la higiene y con medicamentos psiquiátricos», relató el rapero.
Esto trajo como consecuencia que el joven fuese trasladado a otro recinto.
Otro acontecimiento fue dado a conocer el 22 de enero de 2021 en la institución correccional de Lowell, donde una investigación federal revelo que mujeres en estado de reclusión habían sido objeto de abuso sexual por parte de los funcionarios policiales que las custodiaban.
Esta denuncia se sumaba a otra de hace dos años donde las reclusas afirmaban que la cárcel era como un “burdel”, en donde la “prostitución legal” tenía lugar a diario y sentían que el “patio de recreo estaba lleno de depredadores” (https://www.telemundo.com/noticias/2018/08/10/denuncias-de-abusos-sexuales-y-extorsiones-prisioneras-describen-carcel-como-un-tmna2911221). Ya para esa fecha el Departamento de Correccionales de Florida se había comprometido en ayudar a las investigaciones para más tarde repetirse dicho abuso.
Falta de atención médica
Aunque se presuma sobre el sistema de justicia en Estados Unidos la realidad en las cárceles demuestra otra cosa, pues han sido muchas las arbitrariedades de parte de los guardias y la poca atención médica hacia los reclusos.
De lo antes mencionado se demostró en una auditoria durante el año 2019 que la falta de atención médica hacia los reclusos, así como el crecimiento progresivo de brotes de hepatitis c, enfermedades mentales y otras dolencias fueron arropando a dicho sistema carcelario. Esto fue producto de un conjunto de políticas mal orientadas desde el gobierno estatal, que para principios del año 2001 privatizó la atención médica en las cárceles del sur de Florida.
De acuerdo con el reportaje del portal elnuevoherald.com “el estado otorgó el contrato a Wexford Health Services, que recibió una tarifa que supuestamente supondría un ahorro de costos para el estado. Pero después de numerosos problemas con el rendimiento, el estado finalizó el contrato en el 2005”.
Sin embargo, en el año 2011 el para ese momento gobernador Rick Scott, quien se destaca por mentirle a la prensa, emprendió una nueva privatización médica en las cárceles, con la particularidad de que se efectuaron considerables recortes, trayendo consecuencias poco alentadoras y en los siguientes meses se presentaron diversas demandas de parte de los familiares de los reclusos por la pésima atención.
Además de ello, relata el mismo artículo que en el 2010, a Randall Jordan-Aparo, un recluso que padecía un trastorno sanguíneo genético, se le negó atención médica y, cuando se quejó, los funcionarios de la Institución Correccional Franklin lo obligaron a ingresar a una celda de aislamiento y lo gasearon hasta que ya no pudo respirar. En el 2016, Darren Rainey, un interno de 50 años de la Institución Correccional de Dade, con una historia de enfermedades mentales, murió después de ser encerrado en la ducha por los guardias de la prisión como castigo, y escaldado con agua caliente durante una hora.
Terrorismo y tortura dentro de las cárceles de Miami
De acuerdo con lo expuesto, valdría recordar cómo desde el diario colombiano El Tiempo los redactores profetizaban las malas condiciones a las que sería expuesto Alex Saab al llegar a la prisión de Miami; aunado a ello vale recordar que Alex es paciente oncológico ameritando atención médica y hasta la fecha se desconoce si ha recibido la misma, considerando a su vez la mala fama del sistema carcelario estadounidense.
Bajo estos artificios Estados Unidos está presionando al diplomático venezolano para que claudique y se haga parte de la agenda agresiva que a diario impulsa el imperialismo contra Venezuela, buscando testimonios ajustados a los intereses geopolíticos del gobierno norteamericano que por décadas ha buscado acabar con la Revolución Bolivariana.
Es así como Estados Unidos busca tomar a Alex Saab como carnada y convertirlo en un instrumento de guerra contra el gobierno y el pueblo venezolano, al cual castigan por haber llevado alimentos, medicamentos y combustible a su país; presenciando un método de guerra que han querido maquillar como “judicial”, basado en una serie de mentiras carente de pruebas que implique al diplomático en delito alguno.
No sería de extrañarse que dentro de este recinto las autoridades estadounidenses comiencen a someter a Alex a diversos métodos de presión irregulares para hacerlo claudicar, ya que los testimonios de Rick Scott dejan entrever las pretensiones del principal gobierno terrorista del mundo.
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